viernes, 29 de mayo de 2009

¿Revelación o Engaño?

Hace tiempo oí cierto testimonio de siete jóvenes que supuestamente fueron, en visión, al cielo y al infierno. Resulta que hay un blog (http://unavidaparacristo.wordpress.com/2007/09/16/una-revelacion-del-cielo-y-el-infierno-a-7-jovenes/) donde se entrevistan a estos jóvenes y se incluye el relato de su viaje a estos sitios. Comparto con ustedes, por si acaso genera un comentario de su parte, lo que comenté en dicho blog, que a continuación transcribo:

Hermanos, he leído los comentarios (no todos) y me he dado cuenta que la mayoría acepta este relato como verídico. Llamo la atención a algunos aspectos que tal vez no se han tomado en cuenta y por eso escribo con el ánimo de llevar luz y en ningún momento de ser contencioso.

Antes que todo debemos entender que creemos en la existencia del infierno, no porque alguien lo haya visto, sino porque la Biblia lo enseña. Así como también creemos en la existencia de Satanás, no porque alguien lo vio, sino porque la Biblia habla de él.

El relato que nos ocupa, como ustedes se habrán dado cuenta, intenta presentarnos revelación de verdades que no conocíamos. Por ejemplo, que en el infierno existen pailas, que los demonios son una especie de policías que atormentan a los que están en el infierno, que los demonios ya están en el infierno, entre otras.

Es el caso, que la Biblia dice que Dios habló por los profetas y en aquellos días de los apóstoles, a través de Jesucristo (Heb 1:1-4). Lo que hablaron los profetas en la antigüedad se registro en lo que conocemos como Antiguo Testamento y lo que habló Jesús y sus apóstoles y otros muy cercanos, se registró en lo que conocemos como el Nuevo Testamento. Los libros que componen la Biblia, es decir, 66, se fueron agregando mediante revelación progresiva. En los primeros siglos de la Iglesia, se decidió sobre los libros inspirados por Dios que formarían la Biblia, y una de las caracteristicas que debían reunir era que debían estar de acuerdo con la profecía ya revelada y escrita en el Antiguo Testamento, y otra era que debían haber sido escritos por los apóstoles o por los discípulos de los apóstoles, tal es el caso de Marcos y Lucas, discípulos de Pedro y Pablo respectivamente.

Que haremos entonces. ¿Dios ha cambiado y ahora está dándonos nueva revelación? ¿Debemos agregar esa revelación a lo que ya está escrito colocándolo después de Apocalipsis? ¿Qué haremos cuando los adventistas, musulmanes y otros nos digan que ellos también recibieron revelación de Dios y que sus libros (los inspirados de Elena de White, el Corán, el libro de Mormón y otros) deben también ser colocados al final de Apocalipsis?

En el relato de los jóvenes, se nos dice que en el infierno hay pailas. Eso no lo he visto en la Biblia, pero creo haberlo oído antes de la enseñanza católica. Entonces, ¿los católicos tenían razón?. ¿En que otra cosa tendrán razón?.

En el relato también se dice que los demonios ya están en el infierno y que son como los guardianes de allí, o sea son jefes. Pero creo entender que los demonios aún no están en el infierno y que cuando les toque ir allí, van como condenados y no como jefes a atormentar a los demás (Mateo 25:41). Aquí parece que hay una contradicción con el texto bíblico ya revelado.

Otra cosa que llama la atención, es el hecho que las personas que dicen estar en el infierno, están allí por sus pecados específicos, es decir, porque son borrachos, o fornicarios, o porque se roba el diezmo. Cuando examinamos las escrituras con detenimiento, nos damos cuenta que las personas son borrachas, o adulteras o lo que sea, porque ya son pecadoras, o sea ya tienen una naturaleza pecaminosa que los impulsa a cometer esos hechos. Cuando una persona cree en Jesús y lo acepta como su Salvador y Señor, es perdonado de sus pecados y trasladado de las tinieblas a la luz y ya no será condenado (Juan 3:16-17), es decir, que si en el hipotético caso de que una persona, nunca cometa pecado, pero no cree en Jesús, de todas maneras se va para el infierno.

Otras cosas podrían comentarse, pero para no hacer más largo el asunto, lo dejaremos hasta aquí. Mi correo está a la orden si alguien está interesado en escribirme.

Dios les bendiga,

Rafael Guedez
rafag627@gmail.com